Construir en África es un reto. Quizás porque ese continente tiene un ritmo y un tiempo distintos, ni mejor ni peor que el nuestro; simplemente distintos. Los tiempos en África discurren con otro ritmo, y eso es algo a lo que hay que acostumbrarse. Ayudar no supone imponer. No se trata de cambiar los ritmos, sino de adaptarse a ellos, de asumir la idiosincrasia propia de cada tiempo y de cada lugar.
Hemos iniciado la primera fase de la construcción del aula TIC en Freetown. Quizás el proyecto debería estar más avanzado, pero las lluvias y las dificultades para conseguir parte del material necesario han supuesto todo un reto. De nuevo los tiempos de África. Sin embargo, la parte fundamental del proyecto (cimentación, pavimentación, conducciones y saneamientos) ya está concluida. Esperamos que en breve podamos inaugurar el aula y comenzar con los cursos, aunque es difícil precisar cuándo podremos ponerlos en marcha.
Construir en África es un reto apasionante, con sus luces y sus sombras, con sus tiempos y sus esperas, pero siempre acaba compensando.